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- Drpyme José Manuel Herrera
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El Daño Oculto Que el Ruido Constante Causa a Tu Audición
Por: Dra. Beatriz Ventura, Otorrinolaringóloga
Cuando pensamos en proteger nuestros oídos, casi siempre nos viene a la mente un concierto ensordecedor, una obra en la calle o el estallido de fuegos artificiales. Son eventos ruidosos, puntuales, de los que somos conscientes y ante los que instintivamente nos tapamos los oídos. Sin embargo, el peligro más insidioso y generalizado para nuestra salud auditiva no siempre es el más alto, sino el más constante.
Este es el daño oculto del que debemos hablar: el provocado por la exposición continua y diaria al ruido ambiental.

El Enemigo Silencioso: El Ruido de Fondo Persistente
Imagina tu día a día: el trayecto en metro o autobús, el zumbido del tráfico, la aspiradora, la televisión de fondo en la oficina, el secador de pelo, incluso el bullicio de un restaurante lleno. De manera individual, estos sonidos no parecen amenazantes. Pero su efecto es acumulativo.
A diferencia de un ruido intenso y repentino que causa un dolor inmediato y una clara señal de alarma, la exposición constante a niveles de ruido moderados (pero por encima de lo seguro) no duele. No te hace salir corriendo. En cambio, va desgastando lentamente las delicadas células ciliadas del oído interno, que son las responsables de convertir las ondas sonoras en señales nerviosas que nuestro cerebro interpreta como sonido.
¿Cómo Ocurre Este Daño Oculto?
El proceso es engañosamente simple:
Estrés Acústico Continuo: Las células ciliadas se ven forzadas a trabajar constantemente en un entorno hostil, vibrando con intensidad durante horas.
Fatiga y Muerte Celular: Con el tiempo, estas células se fatigan y, eventualmente, mueren. El problema crucial es que las células ciliadas en los humanos no se regeneran. Lo que se pierde, se pierde para siempre.
Pérdida Gradual e Imperceptible: La pérdida de audición resultante es tan gradual que puede pasar completamente desapercibida durante años. No es que un día te despiertes sin oír; es que, poco a poco, empiezas a subir más el volumen de la televisión, tienes dificultades para seguir conversaciones en ambientes ruidosos o sientes que la gente "murmura".
Las Señales de Alarma que Debes Conocer
Este "daño oculto" a menudo se manifiesta con síntomas que no relacionamos directamente con la pérdida auditiva:
Acúfenos o Tinnitus: Esa sensación de escuchar un zumbido, pitido o silbido constante en los oídos, especialmente en momentos de silencio. Es una de las primeras señales de que las células ciliadas están dañadas.
Sensación de Oído Tapado: Una presión o "llenura" en los oídos después de un día en la ciudad o en un entorno ruidoso.
Dificultad para Discriminar Sonidos: Puedes oír que alguien habla, pero no entiendes claramente las palabras. Es como si el sonido estuviera pero las consonantes se "borraran".
Protegiendo Tu Audición: Pequeños Gestos, Gran Impacto
La buena noticia es que este daño es, en gran medida, prevenible. No se trata de aislarse del mundo, sino de ser consciente y tomar medidas simples:
Identifica y Reduce: Sé consciente de los momentos del día en los que estás expuesto a ruido constante. ¿Puedes tomar una ruta más tranquila? ¿Bajar el volumen de tus auriculares?
La Regla 60/60: Si usas auriculares, no superes el 60% del volumen máximo durante más de 60 minutos al día. Dale un descanso a tus oídos.
Usa Protección Auditiva: Los tapones de oído de espuma o moldeables no son solo para músicos u obreros. Lleva un par contigo y úsalos en el metro, en conciertos o cuando uses herramientas ruidosas en casa.
Crea Oasis de Silencio: Busca momentos de tranquilidad a lo largo del día. Permite que tus oídos se recuperen del estrés acústico continuo.
Revisiones Periódicas: Una evaluación audiológica anual es tan importante como una revisión dental o médica. Permite detectar cualquier cambio a tiempo.
Conclusión
Nuestra audición es un sentido preciado que conecta con el mundo y con las personas que amamos. El mensaje es claro: el peligro no solo está en el volumen explosivo, sino en la constancia del ruido. Al prestar atención a ese "daño oculto" y adoptar hábitos de escucha más saludables, estamos invirtiendo en nuestra capacidad para disfrutar de todos los sonidos de la vida, hoy y en el futuro.
Cuida tus oídos. Ellos te lo agradecerán toda la vida.
Dra. Beatriz Ventura
Otorrinolaringóloga - Especialista en Salud Auditiva




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